Todos vimos lo que pasó antes de que arrancara el tercer cuarto en el Moda Center. Un tipo con una camisa a cuadros -con los colores de los Blazers, eso sí- se subía a una escalera y colocaba su nivel en el aro primero y en lo alto del tablero después.
¿Tan mal lo habían hecho los Celtics que querían asegurarse que el aro estuviera en condiciones óptimas para cuando lo atacaran los Blazers en la segunda mitad?
Las bromas eran obvias. Los de Stevens solo habían logrado anotar tan solo 37 puntos atacando ese aro durante 24 minutos de juego y el cachondeo era generalizado.
En cualquier caso, siempre está el periodismo de investigación de La Butaca para aportar luz en la oscuridad. Vamos a ello.
- En la revisión del partido se ve claramente como un jugador local se cuelga del aro de forma ostensible y se mantiene colgado de él durante un segundo largo.
- Tras esa acción, que tiene lugar en el calentamiento del descanso, se queda mirando al aro y es donde parece empezar la movida.
- ¿Pero eso fue realmente así? Me explico. ¿No pudo ser una excusilla para que pareciese que ese debía ser el motivo cuando en realidad el aro ya estaba mal desde el principio?

Lo cierto es que en el tercer cuarto Boston anotó casi tantos puntos (33) como en toda la primera mitad en el aro sospechoso, añadiendo 24 más en el último. De haberse mantenido una anotación similar en la primera mitad, el partido se lo hubieran llevado los Celtics de calle pero algo pasó en la primera mitad que nunca nadie nos podrá (querer) desvelar.
Haciendo una transposición de estados, Oregon es como Galicia, ambas en el noroeste. «Yo no creo en las meigas, pero haberlas haylas»